Dice la Biblia que es por fe que alcanzamos la salvación y somos justificados. Cristo dijo que es la fe la que moverá montañas.
Maleni Grider
No es tu gran personalidad, ni tu talento, ni tu fuerza, sino tu fe. No es tu gran capacidad de soñar, ni tu madurez, sino tu fe, la que te hace llegar adonde quieres.
No es tu conocimiento, ni toda la teología, ni tu inteligencia, ni tu sabiduría, sino tu fe, la que mueve el corazón de Dios. No es tu valentía, ni tu persistencia, ni tu sacrificio, ni tu llanto amargo, sino tu fe, la que llamará la atención de Dios.
Dice la Biblia que es por fe que alcanzamos la salvación y somos justificados. Cristo dijo que es la fe la que moverá montañas. También, Jesús les dijo a sus discípulos que fue por su falta de fe que no habían podido sacar uno de los demonios que atormentaban a un joven. Y cuando la barca se hundía en medio de la tormenta, Jesús les dijo “Hombres de poca fe”.
Es la fe la que da convencimiento, a pesar de las circunstancias; es la fe la que cambia las cosas. No son los buenos deseos, ni las buenas intenciones, ni los buenos intentos. Es la fe la que está detrás de toda grande hazaña, la que vence toda gran oposición.
Porque la fe no es sólo creer en Dios, sino creerle a Dios. Cuando sabemos que Él es el todopoderoso, quien nos ama más que nadie, quien lo dio todo por nosotros en la cruz del Calvario, y quien hoy nos cuida día y noche desde su trono celestial, quien todavía quiere hablarnos y guiarnos como un Padre, entonces nuestra fe en Él es lo que nos sostiene y nos impulsa a seguir adelante, o a esperar por su respuesta y sus promesas, hasta que recibimos aquello que creímos, o aquello por lo que luchamos.
Disciplina, esfuerzo, confianza, persistencia, esfuerzo son todos buenos elementos para el éxito. Pero la victoria viene arropada siempre en la fe. Sin ésta no habría posibilidad de mirar hacia adelante por ningún sueño. Toda meta se encuentra en el tiempo futuro. Es invisible. Y la única forma de alcanzarla es mediante la fe.
“La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.”
Hebreos 11:1
