Dios siempre toma la iniciativa. A lo largo de la historia, ha llamado por su nombre a hombres y mujeres, invitándolos a una misión concreta en su plan de amor. Cada vocación es única: la respuesta al llamado no siempre es inmediata o fácil, pero brota del corazón cuando se reconoce al Dios que llama con ternura y verdad.
Hoy, también nosotros estamos llamados por nuestro nombre. Dios no espera una perfección previa, sino un corazón dispuesto a escuchar, a confiar y a caminar con Él. La vocación es, ante todo, una historia de encuentro.






Conoce el ensayo vocacional ¡Aquí estoy, porque me has llamado!
Con este ensayo queremos contribuir a una mejor comprensión y a una visión compartida en el Regnum Christi acerca de la cultura, pastoral y promoción vocacional, según el pensamiento actual de la Iglesia.