Fue una jornada llena de color, emoción y, sobre todo, reconocimiento al trabajo generoso de todos los que han sido parte del caminar apostólico durante este año.
Cada equipo se distinguió con un color especial, llenando el lugar de vida, entusiasmo y unidad. La ambientación no fue sólo visual, sino también espiritual: cada tono representó el paso de Dios en la vida de quienes conforman esta familia espiritual.

Durante el evento se entregaron reconocimientos a quienes concluyeron su Círculo de Estudios, a las responsables de equipo, así como a los miembros del ICAFE y del equipo de comunicación, cuyo compromiso ha sido clave para que el mensaje de Cristo siga llegando a más corazones.
Como broche de oro, los asistentes compartieron un alegre convivio, testimonio vivo de una comunidad que camina unida, en amistad con Cristo, y con la mirada puesta en la misión.

Con este encuentro se dio cierre a un ciclo lleno de crecimiento, formación, fraternidad y vivencia profunda del carisma Regnum Christi. Y con el corazón encendido, se preparan para iniciar un nuevo ciclo, confiando en que Cristo seguirá haciendo nuevas todas las cosas.
¡Gracias Señor, por tanto! Que venga tu Reino.