Más de 150 equipos y alrededor de 1,500 jóvenes provenientes de Piedras Negras, Torreón, León, San Luis Potosí, Irapuato, Monclova, Ciudad de México, Saltillo y Monterrey, se reunieron no solo por el deseo de ganar un trofeo, sino por algo más grande: vivir la alegría del Evangelio a través del deporte. Bajo el lema “La copa de la esperanza”, esta edición tocó profundamente los corazones de los participantes y dejó una huella que va más allá del marcador.

La ceremonia de apertura, celebrada en el Colegio Himalaya, dio inicio con un mensaje que no se limitó al entusiasmo deportivo, sino que encendió una chispa de algo más profundo, que les dejaron los conductores del evento:
“Todo empieza con alguien que decide vivir diferente… una semilla de esperanza que se esparce con cada gesto de amor, cada oración, cada esfuerzo en la cancha. Esta copa no es solo una competencia: es una oportunidad para sembrar algo eterno.”
Con estas palabras, se presentó el verdadero espíritu de la Copa: una experiencia de encuentro con Cristo a través de la comunidad, la entrega y la alegría compartida.

Durante la ceremonia se introdujeron las copas más significativas del torneo: Faro, Giro y ECYD (hombres y mujeres). No se entregan al equipo que más goles anota, sino a aquellos que más vivan el espíritu del Evangelio:
- Que apoyan a su equipo y a sus rivales.
- Que viven la caridad y la unidad.
- Que demuestran que la esperanza se juega en el corazón.
Los competidores Santiago y María Sofía, al hacer el juramento, recordaron a todos la verdadera meta del torneo:
“Prometemos vivir esta Copa Faro Giro con un gran corazón, respetando a todos y dando testimonio del amor de Dios como dignos miembros del ECYD”.
Santiago y María Sofía.
Paloma Berber, directora del Club Giro Monterrey, y Ricardo Vélez, director del Club Faro Monterrey, ambos laicos consagrados del Regnum Christi, dieron la bienvenida con un mensaje lleno de fe:
“Que cada encuentro en la cancha sea un encuentro con la esperanza. Que esta copa los ayude a crecer no solo como deportistas, sino como personas que llevan a Cristo en su corazón”.
Paloma Berber.

Ricardo añadió que el lema se une al espíritu del Jubileo convocado por el Papa Francisco: un tiempo para renovar la esperanza en el mundo. E invitó a todos a visitar la Carpa de la Esperanza, un espacio con fundaciones que están transformando la sociedad, mostrando que la fe se hace vida cuando se convierte en acción.
“Bienvenidos a la Copa Faro Giro 29 y que gane aquel que mejor viva la esperanza, Dios los bendiga”.
Ricardo Vélez.
El momento más profundo y conmovedor fue la Hora Eucarística, donde todos los presentes pudieron encomendar su participación al único verdadero protagonista: Jesucristo. Ahí, en silencio y adoración, se recordó que el mayor trofeo es una vida encendida por Su amor.

Fran González estuvo a cargo de la reflexión y compartió cómo las cosas del mundo son sólo falsas seguridades y detalló los problemas de basar el alma que es eterna, en placeres terrenales. Que no se trata de no tener nada, sino de no ser esclavo de lo que tienes. Cuando te empiezas a cuestionar todo, ahí surge la esperanza, que la esperanza no es una ilusión vacía.
“No nos perdamos en la riqueza material de este mundo y cuidemos dónde ponemos nuestro corazón”.
Fran González.
Después de intensos días de juego, entrega y fraternidad, se entregaron las ansiadas copas. Pero más allá del resultado, todos ganaron al llevarse algo que no se guarda en vitrinas: la certeza de haber sembrado esperanza.
Copa Faro: Popeyes
Copa Giro: Xtreams
Copa ECYD Hombres: Torreón
Copa ECYD Mujeres: Torreón
Damos gracias a Dios por estos jóvenes apasionados por el deporte y por el Reino de Cristo. Por los organizadores, voluntarios, consagrados, consagradas, sacerdotes y padres de familia que hicieron posible esta edición. Que Cristo siga tocando corazones a través de experiencias como esta, donde la esperanza corre, salta y anota goles de eternidad.