El propósito de este encuentro fue brindar a los colaboradores un espacio para compartir con sus seres queridos la riqueza de su trabajo, su impacto en la misión y su pertenencia a la gran familia del Regnum Christi.
Desde las 10:00 a.m., colaboradores de distintas áreas de la Federación Regnum Christi y de las oficinas de servicios regionales se dieron cita para iniciar con la Santa Misa. En un ambiente de recogimiento y comunidad, se ofreció una homilía llena de esperanza y sentido de misión.
“Estamos aquí como familia reunida para tener este día de convivencia, de compartir entre nosotros. Y tenemos que iniciar con Cristo en el centro, porque es Él quien da sentido a todo lo que somos y hacemos”.
Se invitó a los presentes a mirar el ejemplo de Jesús ante el rechazo y la incomprensión, a responder con humildad, esperanza y confianza en Dios.
“Jesús no respondió con enojo, no se defendió como el mundo enseña. Él siguió adelante, realizando milagros. Él es la razón de nuestra esperanza. Y cuando parece que todo está roto o apagado, Cristo sopla para volver a encender”.
Con ternura y claridad, se destacó que el trabajo de cada colaborador, por pequeño que parezca, forma parte de una gran misión: ser instrumento de Dios para transformar vidas.
Al concluir la Misa, el P. Juan Pablo Nájera, L.C., dirigió un mensaje especial en el que recordó a todos los presentes el valor profundo de su labor:
“Esta es una obra de Dios y de la Iglesia. Todo su trabajo hace posible que existan lugares como este, donde jóvenes tienen un encuentro con Cristo que cambia sus vidas. Aquí se forman los sacerdotes que mañana nos darán los sacramentos”.
P. Juan Pablo Nájera, L.C.
Destacó que más allá de las tareas cotidianas, el trabajo de cada colaborador tiene una dimensión trascendente y una misión compartida: construir el Reino de Cristo con profesionalismo, entrega y fe.

Después de la celebración eucarística, las familias realizaron un recorrido guiado por las instalaciones de la Apostólica. Luego se dio paso a las actividades recreativas: torneos deportivos para los adultos, talleres y juegos para los niños —como la tradicional lotería, la pintura de figuras de yeso y la preparación de pizzas—, y una deliciosa comida donde los tacos y la convivencia con los sacerdotes legionarios pusieron el broche de oro a la jornada.

“Esta es una organización muy noble y es importante para nuestras familias que sepan para quién trabajamos. Involucrarnos todos favorece a los objetivos de la misión”.
Carmen Elizabeth Cuéllar.
Este encuentro fue mucho más que un picnic: fue un recordatorio vivo de que en el Regnum Christi no estamos solos. Somos parte de una familia que ora, trabaja, se esfuerza y celebra unida. Una familia que cree en la transformación del mundo desde el amor de Cristo y siempre en comunión.
“Nos sentimos muy contentos de participar, de conocer las instalaciones de la Apostólica y un poco más del Regnum Christi. Fue una gran oportunidad para integrarnos como familia y descubrir cómo se puede vivir la misión también desde el trabajo”.
Anabel Acosta.

Pidamos a Dios para que este tipo de convivencias sigan fortaleciendo los lazos entre quienes, desde distintos frentes, ponen su talento al servicio de una misión que vale la vida: anunciar a Cristo y formar apóstoles al servicio de la Iglesia.