Ha sido un período de impulso apostólico, en el que, con entusiasmo y entrega, el equipo de formación dio lo mejor de sí para seguir haciendo presente a Cristo en nuestra sociedad. La vida espiritual, los eventos recaudatorios, los espacios de formación y la convivencia fraterna marcaron el ritmo de una comunidad en constante crecimiento.
El momento culminante fue la celebración de la Santa Misa, donde dieron gracias a Dios por los frutos de este ciclo y, de manera especial, por la asociación de 15 nuevas señoras jóvenes al Regnum Christi. ¡Qué regalo tan grande es ver corazones que responden con generosidad al llamado de Cristo a ser sus apóstoles en el mundo!
Después de la misa, compartieron un desayuno lleno de alegría, cercanía y espíritu de familia, celebrando no solo lo vivido, sino lo que Dios aún quiere hacer entre ellas.
Con el corazón agradecido y encendido por el amor a Cristo, se prepararon para iniciar un nuevo ciclo con renovada esperanza, sabiendo que Él sigue llamando, guiando y bendiciendo cada paso.