Alejandro de la Garza Gossler estudiaba la maestría en Boston. Tenía 25 años y después de una confesión el sacerdote lo sorprendió con una pregunta que cimbró su alma:
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text][/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=”.vc_custom_1621282096623{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}”][vc_empty_space][vc_column_text]El P. Alejandro recordó ese momento como el detonante para plantearse de forma más seria la opción de la vida sacerdotal.¿Alguna vez has pensado en ser sacerdote?
Similar al trayecto que hacía para ir a la universidad, el P. Alejandro comparte cómo ha sido el trayecto hasta este momento de su vida.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=”.vc_custom_1621282346277{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}”][vc_empty_space][vc_column_text]Cuando se graduó de la maestría les comunicó a sus padres la intención de ser sacerdote. Cuenta que les costó hacerse a la idea, pero hoy lo ven como un regalo para toda la familia. En cada momento ha contado con el apoyo incondicional en este trayecto que, de alguna u otra forma, comparten con su vocación.[/vc_column_text][vc_column_text]“Estaba pasando por una etapa importante en mi vida, un momento de tomar decisiones. Era algo difícil, tenía una inquietud y no sabía lo que era. Cuando terminé la confesión y el Padre me preguntó si había pensado en ser sacerdote, por fin pude ponerle nombre a esa inquietud”.
La mano de Dios y el apoyo de sus hermanos.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Con 25 años, cambiando los planes que tenía y dejando el mundo al que estaba acostumbrado, fue complicado iniciar su formación sacerdotal. Tuvo que hacer un acto de confianza y abandono por que no contaba con todas las certezas que él hubiera querido.“Había mucha incertidumbre al inicio, pero Dios poco a poco te va asegurando, te va confirmando”.
Le gusta recordar la mano de Dios que lo sostiene y lleva de una manera suave y segura. Nunca se ha sentido solo y comparte con alegría que siempre ha tenido el apoyo y la amistad de sus hermanos Legionarios, los cuales agradece como Don de Dios.[/vc_column_text][vc_column_text]
El sacerdote que quiere ser.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Al preguntarle ¿cómo le gustaría ser de sacerdote? Su respuesta inmediata es: “Quiero ser como Jesús”. Desea profundamente atender el llamado del Papa Francisco a ser cercano, a ejercer “el apostolado de la oreja”, dispuesto a ser un instrumento de misericordia; un sacerdote que entregue lo más valioso que es la Eucaristía.Tiene como ejemplos a San Rafael Arnaiz, un monje trapense que fue canonizado en el 2009, mismo año que entró a la Legión de Cristo. San Alberto Hurtado, sacerdote jesuita que era abogado como el P. Alejandro y que trabajó con los jóvenes en Chile. Y por último menciona a San José, que se ha hecho presente en está última etapa rumbo a su ordenación sacerdotal.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=”.vc_custom_1621282346277{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}”][vc_column_text]
A un terreno más alto.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Una de las canciones “del mundo” que lo llegan a motivar es Higher Ground de Martin Garrix.Habla del deseo profundo de llegar a la cima, de sentirse vivo, dejar la falsedad de la vida común y llegar a un destino más grande; trascender y llegar a la verdadera felicidad en el campo más alto acompañado de una persona. Para el P. Alejandro esa persona es Cristo.
También menciona la canción Fix You de Coldplay, como parte de este trayecto en el que el Señor lo ha ido transformando.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]
¿Me amas más que estos?
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Llegó el momento de recibir el orden sacerdotal de manos de Mons. César Garza Miranda, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey.Rodeado del amor de su familia, sus amigos, hermanos Legionarios, Consagradas y miembros laicos del Regnum Christi de la localidad de San Pedro; el P. Alejandro entró al templo con una mirada de confianza sostenida en la piedra angular de su vocación y con la alegría de una comunidad que lo vería convertirse en “otro Cristo”.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=”.vc_custom_1621955246473{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}”][vc_single_image image=”14026″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]
El P. Alejandro en la procesión de entrada.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Al llegar el momento del evangelio, los asistentes escucharon:Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?» El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»
Jn 21, 15
Esta pregunta que Cristo le hace a Pedro, se la hizo al joven que quiere ser sacerdote para confirmarlo en el amor y así, entregarle la misión de velar y cuidar de sus ovejas.
El P. Alejandro vuelve a renovar el sí que dio desde hace poco más de 10 años, cuando entró a la Legión de Cristo. Un sí motivado únicamente por el amor.
El P. Paul Lara, L.C., director territorial de los Legionarios de Cristo, confirmó el espíritu de donación del P. Alejandro al presentarlo como digno de recibir el orden sacerdotal ante Mons. César Garza Miranda.
“Este es un momento de gracia”.
Así lo definió el Obispo Auxiliar de Monterrey al dirigir su mensaje a los asistentes. Como un regalo de Dios al poder participar en la celebración de la consagración de un hombre que ha dicho sí con amor al llamado de Cristo.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”14027″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]
El trayecto continúa.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]El P. Alejandro de la Garza, L.C. parece haber llegado al destino final de su trayecto, pero en realidad es solo una estación dónde cambia de tren para continuar con su camino rumbo la eternidad.Pareciera que aquella confesión en Boston lo sigue impulsando en su trayecto, con la diferencia que ahora tendrá el poder de otorgar el perdón de los pecados, ser un ministro de la misericordia de Dios, esa misma que experimentó y le cambió la vida.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”14029″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]
El P. Alejandro de la Garza impartiendo la bendición a sus hermanos sacerdotes.
Semblanza del P. Alejandro De la Garza, L.C.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]Nació el 2 de diciembre de 1983 en Monterrey, México. El 15 de septiembre de 2009 ingresó al Noviciado de Monterrey. Hizo sus estudios en filosofía y teología en Roma y del 2015 a 2017 fue director de la sección de jóvenes en la localidad CDMX sur. Actualmente es miembro del equipo auxiliar de la sección de jóvenes en la localidad de San Pedro.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=”.vc_custom_1621967080433{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}”][vc_column_text]Accede a la galería de fotos de la ordenación.
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