Regnum Christi México

Cristo Rey 2019

Regnum Christi

¡Venga tu Reino!

Sugerencias para la Celebración del día del Regnum Christi

SUGERENCIAS PARA LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL REGNUM CHRISTI

Noviembre 2019

La solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, es la fiesta titular del Regnum Christi. Celebramos el día del Regnum Christi en esta festividad para renovar nuestra decisión y compromiso de vivir nuestra vocación de discípulos apóstoles y así hacer presente el Reino de Cristo en el mundo. Asimismo, es una ocasión para ofrecer a amigos y simpatizantes la oportunidad de participar en una celebración para conocer más de cerca a nuestra gran familia.

Se sugiere que este evento se desarrolle en dos momentos: en la víspera una actividad formativa y de integración, y el domingo, la celebración eucarística de la Solemnidad de Cristo Rey.

Corresponde al director local del Regnum Christi, junto con el comité de la localidad, acordar el programa de actividades conjuntas, donde se involucran todas las secciones, comunidades, centros educativos y obras de apostolado, así como dividir las responsabilidades concretas de la promoción y organización. Cada sección enriquecerá el programa con las actividades que considere oportunas, sin que afecten al programa general de la localidad.

Una vez conocido el contenido de la carta que el director general manda a todos los miembros del Movimiento para esta ocasión, cada localidad, y cada sección en particular, definirán algunas acciones para compartir el mensaje con todos los miembros. En www.somosrc.mx se encontrará la carta y un subsidio con apoyo visual con los puntos principales del mensaje de esta carta.

Para la preparación de la fiesta no es necesario recurrir a medios especiales; basta aprovechar las actividades ordinarias de una sección. Un punto clave es comenzar la promoción con tiempo, crear el ambiente que vaya preparando e involucrando a los miembros para el festejo.

Sugerencias de actividades:

  1. Adoración eucarística nocturna por grupos, tomando como intenciones la caridad y la unión en el Movimiento, las necesidades de la Iglesia, las vocaciones y la consigna señalada por el director general para este año. Para lograr una buena participación, se recomienda que la organicen las secciones de jóvenes y señoritas, haciéndola en un horario accesible y adecuado. Para esta adoración puede ayudar la elaboración de un folleto que incluya textos de nuestra espiritualidad con alguna meditación o reflexión brevemente desarrollada.
    «Conviene recordar que las exposiciones breves del santísimo Sacramento deben ordenarse de tal manera que, antes de la bendición con el santísimo Sacramento, se dedique un tiempo conveniente a la lectura de la palabra de Dios, a los cánticos, a las preces y a la oración en silencio prolongada durante algún tiempo. Para la exposición se organizará todo de manera que los fieles, recogidos en la oración, se dediquen exclusivamente a Cristo Señor de manera que, por principio, se excluyen actividades, dinámicas o el uso de recursos que distraigan la atención del santísimo Sacramento (como por ejemplo el rosario viviente, testimonios personales, videos, presentaciones tipo Power Point, rodear la custodia de músicos con instrumentos, etc.) fuera de los signos o símbolos litúrgicos ordinarios.» (Prot. MTY-RC 00136-2018)
  2. Visita a la Santísima Virgen, poniendo en sus manos el programa de la sección y las acciones concretas para llevar a cabo la consigna del director general. Puede hacerse en forma de consagración mariana: se recita un texto en común (anexo 3), se ofrecen algunos cantos y se le presenta a la Virgen una ofrenda floral. Puede ayudar también una breve introducción, hecha por algún miembro de la sección, en la que se explique el sentido de este acto.
  3. Donde parezca oportuno, puede invitarse a los miembros a que escriban un breve testimonio de su experiencia en el Regnum Christi. Éste puede ser enviado al Facebook del Regnum Christi  (https://www.facebook.com/regnumchristi), o al correo electrónico de la sección, para que en el boletín electrónico se incluyan algunas de las aportaciones.
  4. Si se ve conveniente puede organizarse una cena, festejo o brindis de integración que propicie la convivencia entre los miembros, incluso entre secciones, y en donde se compartan experiencias. También puede haber un mensaje de parte del director de sección o director local del Regnum Christi en torno a la fiesta. Hay que evitar caer en una actividad meramente social al fomentar el espíritu de caridad y el espíritu de familia. Al término del evento se les recordará que están invitados a participar en la celebración eucarística de la solemnidad de Cristo Rey.
  5. Cada localidad definirá si se incluye en la celebración solemne de la Eucaristía la renovación de los compromisos de fidelidad (anexo 1) y la consagración a Cristo Rey (anexo 2). Antes de dar inicio a la celebración de la Eucaristía (nunca durante la celebración) algunos miembros del Regnum Christi pueden dar un breve testimonio personal de su experiencia de Cristo y de su acción apostólica. También se podría ofrecer una breve charla de mística, una presentación atractiva de la obra del Movimiento en el mundo, etc.

En este programa de actividades formativas y de integración, previas al Día de Cristo Rey, las secciones también podrían organizar incorporaciones.

A la celebración eucarística, e inclusive a la vigilia, están invitados todos los miembros del Regnum Christi de una determinada región o ciudad junto con sus familiares y amigos, los simpatizantes, los participantes en los diversos apostolados del Movimiento, los alumnos y exalumnos de nuestros centros educativos, los familiares de consagradas/os y legionarios que vivan en esa zona, etc. Se debe cuidar que todas las secciones de Reino y ECYD estén bien representadas. Es importante, para una mayor participación, que la misa sea a una hora y lugar que acomode a la mayoría.

Procuren todos los legionarios de Cristo, que trabajan en la ciudad, concelebrar en la Santa Misa y ofrecer el sacramento de la penitencia durante la celebración. Invítese también a los sacerdotes diocesanos incorporados al Regnum Christi, a los sacerdotes simpatizantes o amigos del Regnum Christi, al párroco, e incluso, en alguna ocasión, al mismo obispo del lugar. Procúrese que los miembros consagrados del Movimiento, junto con los laicos de todas las secciones, tengan una participación activa en la celebración (moniciones, lecturas, ofrendas, etc.).

Se puede preparar un folleto digno que explique todos los momentos de la ceremonia y los símbolos de las ofrendas, así como el fin de la colecta (para los apostolados del Movimiento en la localidad, o para cualquier otra necesidad de la Iglesia local, según se decida en el comité de la localidad). También se pueden incluir el texto para la renovación de los compromisos de fidelidad (que se puede hacer después de la homilía, ver anexo 1), los textos de las lecturas, los cantos, las moniciones, las oraciones de los fieles, la consagración a Cristo Rey (ver anexo 2), etc. Ésta última se puede distribuir, también, en una estampa. Para la preparación de la misa y la ornamentación de la capilla síganse las normas generales del misal romano, y procúrese que los cantos sean conocidos por la asamblea, aunque debe haber un buen coro que los haya ensayado con la debida previsión.

Las moniciones y oraciones de los fieles las pueden preparar algunos miembros del Movimiento. En www.somosrc.mx se ofrece un modelo de misal donde se sugieren moniciones, oraciones de los fieles, explicación de las ofrendas, etc. Cada localidad debe adaptarlo a su realidad.

Es muy conveniente aprovechar esta celebración para dar a conocer y ofrecer nuestros apostolados. Se puede organizar una exposición en donde se instalen stands promocionales.

Al finalizar la celebración eucarística, si resulta factible de acuerdo con el número de personas, se puede tener un refrigerio o convivio. Conviene presentar esta actividad con las motivaciones adecuadas, de manera que, por ningún motivo, se merme la importancia y la relevancia que le corresponde a la celebración eucarística, momento central del día de Cristo Rey.

Misal

Solemne celebración eucarística

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

Día del Regnum Christi

24 de noviembre del 2019
Convocar, formar y enviar apóstoles y líderes católicos para responder a las necesidades de la Iglesia.

RITO DE INTRODUCCIÓN

Canto de entrada

Saludo

C/ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

R/ Amén.

C/ La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos ustedes.

R/ Y con tu espíritu.

Monición de entrada

Hoy que el Episcopado Mexicano nos convoca a celebrar el Día del laico, como Regnum Christi nos unimos a celebrar también la fiesta de Jesucristo, Rey del Universo. Buscamos ardientemente establecer el Reino de Cristo en nosotros, en nuestras familias y en el corazón de todos los hombres.

Antífona de entrada  Ap 5, 12; 1, 6 (Si hay canto de entrada, no se dice la antífona).

Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A Él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

Acto penitencial

Gloria

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R/ Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición de las lecturas

Vayamos con alegría al encuentro de Cristo, nuestro Rey, que muriendo en la cruz nos salva. Jesús anuncia un nuevo reino, un nuevo estilo de vida, y es precisamente en la Cruz donde sale al encuentro de la necesidad que tiene todo hombre de no ser abandonado.

Primera lectura

Lectura del libro Samuel 5, 1-3

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía’ “.

Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel.

Palabra de Dios.

R/ Te alabamos Señor.

Salmo responsorial                                                                               Del salmo 121, 1-2. 4-5.

  1. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.

  1. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.

  1. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz sea contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.

  1. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. 

Segunda lectura

Lectura de san Pablo a los colosenses: 1, 12-20

Hermanos: Demos gracias a Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz.

Él nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados.

Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él.

Él existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.

Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz.

Palabra de Dios.

R/ Te alabamos Señor.

Aclamación antes del EvangelioMc 11, 9.10

R/ Aleluya, Aleluya.

¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!

R/ Aleluya.

Evangelio

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”.

También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Este es el rey de los judíos”.

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Palabra del Señor.

  1. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los fieles

C/ Presentamos humildemente nuestras súplicas porque queremos ofrecer y reavivar nuestra misión de convocar, formar y enviar apóstoles y líderes católicos para responder a las necesidades de la Iglesia. Respondamos con alegría: Cristo Rey nuestro: ¡Venga tu Reino!

  1. Por la Iglesia, el Papa Francisco, los Obispos, los sacerdotes y los religiosos. Para que, agradecidos por su vocación de servicio, nos guíen en nuestra misión de extender el Reino de Dios en nuestros hogares.

Roguemos al Señor.

  1. Por los fieles laicos. Para que con su amor a Dios y su servicio apostólico incansable, enriquezcan la vida de la Iglesia, embelleciéndola con su testimonio y entrega de fe, a ejemplo de su patrono mexicano, el Beato Anacleto González Flores.

Roguemos al Señor.

  1. Por los gobernantes, políticos, empresarios y organizaciones sociales. Para que busquen la concordia y el bien común, fundamentando el progreso en la caridad y la justicia social. Para que el bienestar espiritual y material estén al alcance a todos, y se respete, defienda y promueva la dignidad de la vida y la familia, de acuerdo con el plan de Dios.

Roguemos al Señor.

  1. Por los miembros de nuestro colegio directivo general y territorial, para que el Espíritu Santo los ilumine en el cumplimiento de su misión y sean fieles instrumentos en sus manos al crecer en sabiduría, fortaleza, prudencia y caridad.

Roguemos al Señor.

  1. Por los frutos de las asambleas territoriales que las diversas instituciones federadas han llevado a cabo, y por el próximo capítulo general de los Legionarios de Cristo y las Asambleas Generales de las consagradas y consagrados, para que el Espíritu Santo, consolador y dulce huésped del alma, guíe sus procesos de discernimiento hacia el cumplimiento pleno de la misión que Dios les ha encomendado.

Roguemos al Señor.

  1. Por los más necesitados, por las víctimas de la violencia, por los que pasan hambre o sed, por los migrantes, los enfermos, los presos, por los que no tienen un trabajo digno, para que puedan experimentar el amor de Dios a través de nuestra solidaridad y testimonio cristiano. Roguemos al Señor.
  2. Por cada uno de nosotros, miembros y amigos del Regnum Christi, para que el Espíritu Santo, protagonista de la misión, nos lleve siempre hacia adelante en la misión del Movimiento y en la identificación más plena con Jesucristo, nuestro Rey.

Roguemos al Señor.

C/ Gracias, Padre, porque siempre nos escuchas. Conduce al mundo a tu Reino de vida, de amor y de paz, y ayúdanos a valorarte y a celebrarte dignamente en este día, pues Tú eres el centro de nuestra unidad, oración y apostolado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA

CANTO DEL OFERTORIO

Oración sobre las ofrendas

Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

R/ Amén.

Prefacio De Cristo Rey del Universo

Monición antes de la plegaria eucarística

Pongamos en la patena nuestros talentos y necesidades y dejémonos transformar por la caridad de Cristo para arder con su celo apostólico, de modo que el Reino de Dios conquiste nuestra propia alma y la de todos los que nos rodean.

Antífona de la comunión                                                              Sal 28, 10-11

En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

Comunión

CANTOS PARA LA COMUNIÓN

Oración después de la comunión

Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

R/ Amén.

Monición de salida

Cristo es el centro de la vida, espiritualidad y misión del Regnum Christi. Salgamos convencidos de ser convocados, formados y enviados para responder a las necesidades de la Iglesia como apóstoles y testigos creíbles del Reino de Jesucristo. Demos gracias a Dios porque hemos sido llamados a formar parte de este Movimiento que tiene a Cristo como su centro, criterio y fundamento. ¡Venga tu Reino, Señor!

C/ El Señor esté con ustedes.

R/ Y con tu espíritu.

Bendición

C/ Jesucristo, nuestro Rey y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha dado el consuelo de una gran esperanza, les afiance internamente y les dé fuerzas para toda clase de palabras y obras buenas.

R/ Amén.

C/ Y la bendición de Dios todopoderoso +Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

R/ Amén.

C/ Pueden ir en paz.

R/ Demos gracias a Dios.

CANTO DE SALIDA

Moniciones

¡Venga tu Reino!

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

Noviembre 24 de 2019 

MONICIONES

Entrada:

Con la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo,  terminamos el año litúrgico y celebramos nuestra fiesta patronal, que es una invitación a vivir profundamente el misterio de Cristo, es decir, a adentrarnos en Él, conocerlo, y ser sus apóstoles.

Nuestra mirada a Jesús como Rey del Universo nos ayuda a ver nuestra historia como un proceso del Reino que todavía no se manifiesta, pero que se está gestando y madurando hasta el final de los tiempos, a imitación de Él, que con su vida, su palabra y sus acciones, hizo presente el Reino de Dios entre los hombres.

En esta solemnidad que celebramos como una gran familia espiritual, renovaremos espiritualmente nuestra pertenencia al Regnum Christi y nuestro compromiso por «hacer presente el Reino de Cristo en el corazón de los hombres y en la sociedad».

Con sentimientos de profunda fe y alegría, iniciamos nuestra celebración.

Lecturas
En consonancia con la fiesta que celebramos, las lecturas de este domingo giran en torno a la figura del rey. En el pasaje del libro de Samuel, David es ungido por los ancianos del pueblo. Los discípulos de Jesús supieron reconocerle como el Cristo, el ungido, como el sucesor esperado de aquel gran rey de Israel. Así lo presenta el evangelio de Lucas, pero su entronización no tendrá lugar en un palacio, sino en la cruz. El autor de la carta a los Colosenses, mediante un precioso himno, exalta a Cristo como rey de todo el universo según el designio amoroso de Dios. Escuchemos con mucha atención.

Ofertorio

Vivir el misterio de Cristo implica entrar en comunión con Él a través de la liturgia de la Iglesia, participando de su único sacrificio en la cruz, que es su trono real. Desde ese trono, Jesús, enviado del Padre, es decir, Apóstol primero de su reino, nos da su mayor lección: someternos a la voluntad de Dios.

Salida
El Reino de Cristo solo se hace presente a través de apóstoles convencidos. Que nuestra celebración no sea solo una conmemoración anual, sino que sea realmente un impulso misionero que nos lance a hacer presente el Reino de Jesucristo en todo momento y en todo lugar.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (5,1-3):

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebron y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

Palabra de Dios

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Salmo Responsorial               Sal 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

V/. Qué alegría cuando me dijeron:
¡«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

V/. Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

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Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses        (1,12-20):

Hermanos:
Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones,
Principados y Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios

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Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas     (23,35-43):

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Palabra del Señor

ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote:

Cristo, nuestro Rey, es el Apóstol por excelencia de Reino, el enviado del Padre, que nos envía a hacer presente su Reino entre los hombres. A Él dirijamos nuestra humilde plegaria diciendo:

Venga a nosotros tu Reino

  1. Por la Iglesia: que sea en el mundo signo visible del Reino que viene, lugar donde cada hombre pueda conocer la realeza del amor que se manifiesta en la cruz de Cristo. Oremos
  2. Por el Santo Padre, los obispos, sacerdotes y diáconos: que vivan con alegría su ministerio, imitando con amor a su Rey, el Apóstol del Reino. Oremos
  3. Por la paz en el mundo: que el poder de Jesús humilde, rey de Paz se manifieste victorioso sobre cada oscura lucha del egoísmo, violencia e injusticia.
  4. Por los que sufren, especialmente por aquellos alejados de la fe y por todos los que aún no conocen al Señor: que cada corazón acoja el Reino del amor del Señor.
  5. Por todos nosotros aquí presentes y todos los miembros del Regnum Christi, que, dóciles a la escucha obediente de la Palabra, hagamos realmente presente en el mundo el Reino que Jesús ha venido a traer.

Sacerdote: 

Padre eterno, que has enviado a tu Hijo al mundo como el primer Apóstol de tu Reino, concédenos a nosotros imitarlo, viviendo en su misterio, y siendo reflejos suyos en el mundo. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

Renovación de compromisos

¡Venga tu Reino!

RENOVACIÓN POR DEVOCIÓN DE LOS COMPROMISOS DE ASOCIACIÓN*
*Extracto del Ritual del Regnum Christi (septiembre de 2019)

A tenor de lo dispuesto en el número 20 § 4 del Reglamento de los Fieles Asociados a la Federación Regnum Christi, los miembros laicos anualmente renuevan por devoción los compromisos adquiridos al momento de su adhesión al Regnum Christi. Esta renovación se hace conforme a la Fórmula aquí propuesta, ordinariamente al concluir la celebración eucarística de la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Si durante dicha solemnidad se celebra el Rito de asociación para nuevos miembros, los miembros laicos presentes renuevan su pertenencia al Regnum Christi mediante la participación activa en dicho Rito.

Todos de pie.
Quien preside:

A fin de renovar la aceptación que han hecho a la invitación deCristo de ser sus amigos y sus apóstoles, viviendo su vocación bautismal según el carisma del Regnum Christi, expresemos delante de Dios nuestra voluntad de renovar la pertenencia al Regnum Christi y los compromisos que esta pertenencia conlleva.

Miembros:

Señor, Tú me has llamado a vivir conscientemente mi vocación bautismal a la santidad y al apostolado según el carisma del Regnum Christi, para entregarme a Cristo desde mi estado y condición de vida a fin de que Él reine en mi corazón y en la sociedad.Por eso deseo renovar mi pertenencia al Regnum Christi como miembro de esta familia espiritual. Para ello me comprometo a:

  • Crecer en la amistad con Cristo desarrollando la vida de gracia a través de la oración y los sacramentos.
  • Vivir las virtudes evangélicas de la pobreza, la obediencia filial y la pureza en pensamientos y acciones.
  • Cumplir con amor y honestidad los deberes propios de mi estado de vida como un servicio a Dios y a los demás.
  • Empeñarme en mi formación integral y forjar mi liderazgo cristiano.
  • Emprender y participar en iniciativas apostólicas.
  • Profesar un amor fiel y operante a la santa Iglesia, al papa y a los demás obispos.
  • Ofrecer generosamente mi oración, talentos, tiempo y haberes para colaborar en la misión del Regnum Christi al servicio de la Iglesia.

Quien preside:

Movidos por el deseo de hacer presente el Reino de Cristo enlos corazones y en la sociedad, y conscientes que Dios cuenta conla colaboración libre del hombre para llevar a cabo su plan de sal- vación, digamos juntos:

Todos los miembros del Regnum Christi:

Me toca a mí, de mí también depende, que tus palabras, Señor, no se pierdan.

Me toca a mí que tu mensaje de salvación llegue a los hombres.

Me toca a mí vivir de tal manera tu palabra que, cuantos mevean te reconozcan y te den gloria y se sientan impulsados por tugracia a participar de la fe de la Iglesia y a dar testimonio vivo de ella.

Me toca a mí encarnar el carisma del Regnum Christi para cum- plir esta misión en la Iglesia y en el mundo.

Conclusión

Quien preside:

Bendigamos al Señor.

Todos:

Demos gracias a Dios.

O bien, si la renovación por devoción no se ha hecho al final de una celebración eucarística.

Bendición

Si quien preside no es sacerdote o diácono se usa la siguiente formula.
Quien preside:

Pidamos la bendición de Dios para que nos fortalezca en la mi- sión que nos ha encomendado. Digamos juntos:

Todos (mientras cada uno hace la señal de la cruz):

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Si el que preside es sacerdote o diácono utiliza la siguiente fórmula.
Sacerdote o diácono:

El Señor esté con Ustedes.

Todos:

Y con tu espíritu.

Sacerdote o diácono:

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijoy Espíritu Santo, descienda sobre Ustedes.

Todos:

Amén.

Consagración
Consagración a Cristo ReyConsagración

Jesucristo, Rey del universo, Rey de nuestras vidas y de nuestras familias, nos acercamos a ti ofreciéndote todo lo que somos y tenemos, nuestros pensamientos, nuestras inquietudes, nuestras cualidades, nuestros deseos y nuestras debilidades. Queremos ponerlos a tu servicio para colaborar contigo en la salvación de los hombres y en la extensión de tu Reino en el mundo.

Acoge con amor la consagración que hoy te hacemos de nuestras vidas.  Acéptala como acción de gracias por cuanto de ti hemos recibido.

Concédenos la gracia de seguir el camino de la santidad en la imitación de tus virtudes, y dar testimonio público de nuestra fe en ti, de forma que todos los hombres con quienes convivimos en la sociedad, encuentren en nosotros auténticos discípulos tuyos que se caracterizan por su caridad universal, por la correspondencia entre su fe y sus obras y por un ardiente deseo de que se establezca tu Reino en la tierra.

Infunde en nuestro corazón los mismos sentimientos que te movieron a encarnarte y morir en la cruz por la salvación de cada hombre.

Haznos vivir fielmente el mandato de la caridad que nos dejaste como testamento.

Inflama nuestros corazones, ilumina nuestras mentes, da fuerza a nuestras decisiones y llévanos siempre por el camino de la fidelidad a tus mandatos.

Conviértenos en instrumentos dóciles y apasionados de tu amor para que, así, podamos servir de modo más fructífero a nuestra amada Iglesia católica, llevando tu salvación y tu mensaje a muchos hombres.

Despréndenos de todos los miedos y egoísmos, fortalece nuestra fe en el carisma que nos has confiado y danos valor para que respondamos con fidelidad exquisita a tu llamada. Amén.

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en esta noche mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Así sea.[1]

 Segunda opción:

Madre mía, venimos ante ti al final de este año litúrgico a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios todopoderoso, a agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras, y a pedirte tu bendición para mí y cada uno de mis hermanos.

Concédeme imitar la vida de oración, de obediencia, de pureza, de sacrificio y de sencillez que compartiste con tu hijo, nuestro hermano y Señor. Ayúdame a formar un corazón manso y humilde como el suyo.

Alcánzame la gracia de recibir la Eucaristía con el fervor con que tú lo hacías en los años de tu soledad.

Intercede ante tu hijo por los legionarios y miembros del Regnum Christi, para que seamos, en sus manos, un instrumento fiel para la extensión de su reino entre los hombres.[2]

[1]Manual de Oraciones del Regnum Christi.

[2]Oración a la Santísima Virgen, nuevo manual de oración de los Legionarios de Cristo.

Indulgencia Plenaria

Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey, rece públicamente el acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey; en cualquier otra circunstancia, la indulgencia será parcial (Penitenciaría Apostólica, Enchiridium Indulgentiarum, Concesión n. 27).

Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos arrodillados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y para estar más firmemente unidos a ti, hoy cada uno de nosotros se consagra voluntariamente a tu Sagrado Corazón. Muchos nunca te han conocido; muchos te han rechazado, despreciado tus mandamientos. Compadécete de unos y de otros, benignísimo Jesús, y atráelos a todos a tu Sagrado Corazón. Reina, Señor, no sólo sobre los que nunca se han separado de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de miseria y de hambre. Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor. Concede, Señor, a tu Iglesia una plena libertad y seguridad; concede a todo el mundo la tranquilidad del orden; haz que desde un extremo al otro de la tierra no se oiga más que una sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos ha venido la salvación; a él la gloria y el honor por los siglos. Amen.

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Requisitos para obtener indulgencia plenaria

  • Estar en estado de gracia
  • Tener intención de ganarla
  • Realizar la obra prescrita
  • Confesión
  • Comunión
  • Oración por las intenciones del Papa
  • Excluir todo afecto al pecado, incluso venial

Sobre la Comunión, la Confesión y la oración por el Papa

Es conveniente, pero no necesario que la confesión sacramental, y especialmente la Sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado. La oración según la mente del Papa queda a elección de los fieles, pero se sugiere un Padrenuestro y una Avemaría.

Para varias indulgencias plenarias basta una confesión sacramental, pero para cada indulgencia plenaria se requiere una distinta sagrada Comunión y una distinta oración según la mente del Santo Padre (Aviso de la Penitenciaría Apostólica, 10-II-2000, n.5)

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