Desde el primer momento, la jornada tuvo un aire especial. El P. Carlos Gallegos, L.C., condujo una meditación que no solo iluminó la mente, sino que encendió los corazones. Invitó a las participantes a descubrir el Reino de Dios en las parábolas, esas imágenes sencillas que Jesús utilizaba no para ocultar su mensaje, sino para revelarlo a través de lo cotidiano.

“El Reino de los Cielos es un misterio, no porque esté oculto, sino porque es tan grande que solo en la sencillez podemos empezar a comprenderlo.”
P. Carlos Gallegos, L.C.

Como la semilla de mostaza, todo lo grande comienza en lo pequeño: una decisión interior, un sí generoso, un paso de fe. Así fue el ambiente que se vivió: profundamente espiritual y profundamente humano. Se compartieron experiencias, risas, oraciones, dudas y certezas. Se dejó espacio al discernimiento y a la contemplación, con un deseo sincero de transformar el corazón y dejarse transformar por Cristo.

“Hay personas que no van a conocer otro Evangelio que el de tu vida”.
P. Carlos Gallegos, L.C.

El P. Carlos recordó que el estilo del Regnum Christi es la paz del orden: una organización que nace no del control, sino del deseo de dirigir todas nuestras potencialidades al bien. En medio del caos y el relativismo de hoy, este orden interior se convierte en una luz para el mundo, una señal viva del Reino.

A lo largo del día, resonó una llamada fuerte: ser apóstoles no desde la actividad frenética, sino desde la oración profunda. No somos apóstoles por lo que hacemos, sino porque vivimos con Cristo en el corazón. El apostolado es la sobreabundancia de la oración que transforma el alma.

Con parábolas como la de la oveja perdida, los invitados a la boda o los últimos serán los primeros, el mensaje fue claro: el Reino de Cristo exige una decisión y una transformación. No se trata solo de hacer cosas buenas, sino de dejar que Cristo viva en nosotros, para que nuestras palabras, actitudes y gestos hablen de Él, incluso sin mencionarlo.

Uno de los grandes regalos de este día fue la vivencia de comunidad. No se forma solo quien quiere seguir a Cristo: se forma en comunidad, en el encuentro, en la amistad y en el testimonio compartido. El Encuentro con Cristo fue presentado como ese espacio privilegiado donde, en diálogo con los demás, discernimos juntos la voluntad de Dios y descubrimos cómo vivir el Evangelio aquí y ahora.

La pastoral encarnada es preguntarte qué haría Jesús y hacerlo. A veces es perdonar. A veces, soltar. A veces, simplemente amar con ternura.

Durante la misa, el P. Carlos habló de tres apóstoles que inspiran este camino:
– Pablo, encadenado físicamente, pero libre por amor.
– Pedro, a quien Jesús le repite una y otra vez: “Sígueme”.
– Juan, el contemplativo, que aprendió a amar desde el corazón del Maestro.

Y así, este día fue una llamada a vivir con profundidad, con convicción y con alegría. Porque asociarse al Regnum Christi no es solo un título o un paso externo: es una renovación interior, una afirmación de que Cristo es el centro y que vale la pena entregar la vida por el Reino.

¡Gracias Señor por seguir encendiendo los corazones de los jóvenes! ¡Venga Tu Reino!

Álbum del evento.