Regnum Christi México

No vivas solo para tus hijos

Regnum Christi

Te ofrecemos 10 “consejos” que pueden ayudarnos a educar de manera correcta a los hijos y enseñarles el verdadero sentido de la vida.

Por Laura Costas Labarthe.

¿Qué podemos entender con estas palabras? ¿Acaso los padres no tenemos la obligación y el deber de “hacer todo” por nuestros hijos?

Depende de lo que se entienda por “vivir solo por los hijos”. Pensemos en la historia de Jaime: un chico inteligente y simpático con un potencial para convertirse una persona valiosa para él mismo, su familia y la sociedad.

Jaime, desde que nació fue el amor de su padre, no hubo juguete, reloj, viaje, capricho, que no le fuera cumplido de inmediato por su papá. Terminó una carrera pero no ha tenido un solo empleo en su vida. Actualmente, Jaime es un hombre casado al que su padre le resuelve todo. Sin empleo, mantiene a su familia subsidiado con la tarjeta y fondos que papá tiene siempre a su disposición.

No podemos dudar que este padre ama profundamente a su hijo, pero con un amor asfixiante que no le ha permitido realizarse, crecer, independizarse, enfrentar sus propios problemas. Y, lo más triste: Jaime no es feliz. ¿Qué aprendizaje nos deja esta historia?

A continuación propongo 10 “consejos” que pueden ayudarnos a educar de manera correcta a los hijos y enseñarles el verdadero sentido de la vida:

1.- No des a tus hijos todo lo que te pidan

Esto comienza desde que son pequeños. No te prives de algo que quieras o necesites, no corras a la tienda, aunque tu situación económica te lo permita, con tal de darle el último juguete que salió al mercado. Todos hemos visto closets saturados de juguetes rotos y descuidados, que sirvieron para entretener unas horas a los niños.

2.- Enséñalos a tolerar la frustración

En la vida real, no nos es posible conseguir todo lo que deseamos en el momento que lo queremos, a costa de lo que sea. Los niños que crecen pensando que así será su vida, tiene serios problemas cuando crecen y se enfrentan a la realidad. La frustración es inevitable, no los prives de aprender a tolerarla y manejarla.

3.- Normas y consecuencias

Desde muy temprana edad, establece límites, no esperes a que tengan tres años de edad para comenzar. Las normas señalan un camino, camino que deberá ser lo suficientemente ancho para que el niño tenga opciones y lo suficientemente bien definido para que crezca sabiendo que si brinca los límites, tendrá que aceptar la consecuencia de su conducta.

4.- Responsabilidad

Responsabilidad ante sus acciones, ante sus responsabilidades familiares, que deben comenzar en los primeros años, proporcionadas en cada etapa de su desarrollo. Responsabilidad en el colegio, cumplir con trabajos y tareas solicitadas y, si no lo hiciera, permite que sufra las consecuencias y no vayas a reclamarle al maestro. Dales la oportunidad de vivir y respirar, equivocarse y aprender de sus errores. Así podrá crecer y desarrollarse en la vida. Dale raíces para que tenga seguridad, autoestima y sentido de pertenencia. Dale alas para que pueda volar cuando llegue el momento.

5.- Respeto

Es deber de los padres dar ejemplo e inculcar en sus hijos el respeto a todas las personas, comenzando en familia. Respeto a la autoridad de sus padres, a sus abuelos, maestros, directivos de escuelas, etc. Respeto entre todos y cada uno de los miembros de la familia, respeto a las personas que nos ayudan en el hogar, a la cajera del supermercado, al “viene-viene” que acomoda el coche…

Es muy triste ver pequeñitos “tiranos” a los que sus papás obedecen; adolescentes que faltan al respeto a sus padres y al que se atreva a ponerles un límite. Es triste ver niños, adolescentes y jóvenes prepotentes, que “siempre tienen la razón”, que faltan al respeto a sus padres y maestros y, lo más grave, con la aprobación de los mismos papás.

Recuerda, tú eres la autoridad, el responsable de la formación de tus hijos, no su “cuate”. En la vida hay normas, leyes, jefes, autoridades, límites, orden…Prepara a tus hijos para vivir en el mundo real.

6.- Comunicación

Establecer en la familia una comunicación respetuosa, franca y asertiva. Saber y respetar lo que cada uno piensa, quiere y lo que le disgusta. Aprender a escuchar.

Estar de acuerdo en “no estar de acuerdo”. Tratar de no ofenderse unos a otros y, cuando suceda, tener la nobleza de pedir una disculpa. No olvidar las cuatro palabras claves: ¿Puedo?, por favor, gracias, p cverdón.

7.- Valores

Los valores sembrados en familia permanecen en el corazón de las personas. Al llegar a la juventud, cada uno va encontrando su camino, camino que, de alguna manera, será apoyado por los valores vividos en casa. Valores humanos y morales. Los hijos deben tener clara la diferencia entre el bien y el mal, en esta época en que todo se ha vuelto relativo y los parámetros de vida van esfumándose cuando no los tenemos claros. Amor es el valor fundamental y éste lleva al perdón.

Y, no olvides que los abuelos son fuente de seguridad y permanencia, son las raíces de la familia, la experiencia y la sabiduría. Son sembradores de valores y tradiciones.

8.- Vida de pareja

El mejor regalo que los padres pueden dar a sus hjos es vivir una vida de pareja plena. No siempre es posible por distintas circunstancias, pero cuando lo es, cultiva el amor de pareja, recuerda, tarde o temprano los hijos se van, se casan, se cambian de ciudad y te quedas solo con tu cónyuge. Haz que valga la pena.

9.- Espiritualidad

El hombre es materia y espíritu. Es importante atender las dos áreas, siendo la espiritual la que da sentido de trascendencia. Cualesquiera que sean tus creencias, son un tesoro para la realización y la felicidad de las personas.

10.- Alegría y paz

En un hogar dónde se respira la alegría, la vida es plena, divertida, generosa, compartida. La alegría es fruto de un corazón abierto, fruto del servicio a los demás, de la paz del alma.

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