Cuando Dios llama a los jóvenes para emprender el camino hacia el sacerdocio también llama a la familia a acompañar y a vivir la aventura de la vocación. Esto es algo que los papás de los novicios de la Legión de Cristo han podido experimentar durante un fin de semana “viviendo” con sus hijos en el noviciado de Monterrey.

Es cierto que los novicios comienzan a conocer paso a paso lo que es la vida del religioso antes de llegar a la profesión de votos de pobreza, castidad y obediencia. Además, viven lo que significa salir del mundo para fortalecer la relación con Jesucristo y escucharle de forma más profunda en la oración y en la vida de comunidad.

Pero al contrario de lo que la mayoría de las personas pudieran pensar, un joven que ha decidido tomar el hábito no tiene por qué despedirse para siempre del amor de sus padres, origen de su propia vida y fortaleza en las diferentes etapas de su formación religiosa.

El H. Jaime González, n.L.C., recibió a su papá y le mostró lo que es su vida dentro del noviciado, donde duermen, lo que estudian, compartieron los oficios y labores de servicio, así como el juego, la convivencia y la oración.

“Nos preparamos con mucha emoción y preparamos una agenda privilegiando espacios largos de plática con nuestros papás”.

H. Jaime González, n.L.C.

Para los papás ha sido conocer en persona lo que sus hijos les comparten sobre su vida en el noviciado. También ha sido adentrarse un poco más en el misterio del llamado personal de Cristo a trabajar con Él en la evangelización de una forma desconcertante para el mundo de hoy.

“Es fundamental que un papá venga, vea y viva; lo que nuestros hijos viven”.

Sr. Gerardo Penilla.

Los papás y los novicios recordaron los momentos que durante la niñez estuvieron enmarcados por la presencia de sus padres en la escuela y en las actividades deportivas. Mostraban la seguridad y la satisfacción de que esta convivencia sería algo que también quedaría en su memoria para siempre.

Para el H. Alexis Enríquez, n.L.C., la convivencia fue un momento para compartir con su papá la búsqueda de la felicidad y cómo la ha encontrado. También para agradecerle por ser un pilar importante en cada momento de su vida, sin ser la excepción su etapa actual como novicio en la Legión de Cristo.

“Lo que uno quiere es verlos felices y plenos. Y me doy cuenta de que su plenitud la está viviendo aquí”.

Sr. Ángel Enríquez. 

Los novicios siguieron aprendiendo de sus padres, recibieron sus consejos, pero sobre todo la muestra de su amor incondicional al estar presente y disfrutar con ellos de esta actividad donde el noviciado les abre las puertas y les agradece su generosidad por estar abiertos a la vida y al llamado de Dios.

“Ha sido una oportunidad de conocer lo que es un proceso vocacional, de acompañarlos y tener confianza”.

Sr. Hugo Chagoyan